viernes, 9 de diciembre de 2011

de los roles nacidos o de la causa de fumar en pipa cáscara de mandarina y la consecuencia del origen de mis botas

todo empezó a la mañana siguiente
del final de esta peripecia
que estás apunto de leer
y por lo tanto de convertir en verdad.

despertar esa clase de
mañanas que pueden ser
tempranas madrugadas
o ya tardes de desayuno.

esa fue mi primera sensación
ahí nací yo, mi rol.

de cómo empecé a vestir mis botas
es un hecho fácil de narrar.
las "tomé prestadas" de alguien
hasta nueva orden libre:

salté del gruño de sábanas
blancas y grises
en función de los caprichos
de la luz de la persiana.

no, esa noche era de las otras, de las blancas,
de las sin cuerpo, de las de balas perdidas:
ella y yo nos dedicamos a dormir
sólo cuando nos cansamos de
escuchar, de crear y de soñar.

de cómo conocí a la patti
ya no es para mis letras
algo tan fácil de reconstruir:

me sentí fumando pipa en un sueño
y desperté con el sabor a madera.
todas las señales apuntaban
a que ya nos habíamos conocido.

así es como empecé a fumar
cáscaras de mandarina y tabaco
por primera vez sobre el mantel
de aquel restaurante mexicano.

de pronto apareció ella sola
desaliñada, espigada, andrógina
de telas amplias, desbordadas
con sus botas de vaquera urbana.

frente a mi mesa observé
como el humo que ella provocaba
no era de fumar tabaco
sino de fumarse su poesía:

el frenético bolígrafo de plata falsa
erosionaba febril y sin rumbo fijo
la arrugada celulosa reciclada
que liberó de su americana con bolsillo.

humo, echaba humo
y del humo echaba letras,
letras que echaban al aire
la llamada de acercarse.

pero no lo hice. qué apuro.
eso sólo funciona en la ficción.
y estas letras, yo las veo ahora,
se están conviertiendo en realidad

la señorita smith pertenecía
a esa bancada de energía
sobre la que mis raíces verdes
disparaban flores y oxígeno al futuro.

la mitomanía de las bestias
hace que con el tiempo
acabemos topando irremediablemente
las unas con el hambre de las otras.

salió del mexicano de recoletos,
salí del mexicano de recoletos.
las dos ibamos hacia el mismo sitio.
yo a verla a ella y ella a cantar.

tras el fin de un recital de poesía
con violines y guitarras eléctricas
surgió un pasillo hecho de bloques de gente
y en medio, aislada e inabordable ella.

"your communication is useful"
rugí entre la carne del aire
hasta que retumbó sobre ella.
la smith me llamó hacia sí.

rompimos la jaula jerárquica
y huímos de allí hermanadas,
contagiosas, inspiradas de abismo
empezando a no conocernos de nada.

[[play.]]



[[[y empieza todo una
y otra vez desde arriba
hasta aquí abajo
con sentido infinto
dependiendo del lector.]]]

jueves, 8 de diciembre de 2011

yo no soy Ulises Lima, pero tal vez sí una detective salvaje

soy Beatriz Mandarina
y opino que es necesario
sentir a las palabras
como piñatas y volcanes.

he de aclarar que
cuando escribo "piñatas"
no puedo evitar notar
que escurren por mis brazos
gotas de jugo de piña dulce.

todo está relacionado
por eso al final todo brota,
como el jugo líquido de la piña
al desplomarse el color de la piñata.

me llamo Beatriz Mandarina
y me pregunto sinestésica:
¿de qué parte exacta del planeta
surgió la lava que vuela del volcán?

lava de piña,
lava dulce,
color lava,
entre colores piñata.

todo es y todo
provoca palabras.
palabras como piñatas y volcanes.